Ensayo sobre el texto La memoria
y el Código
por José María Carro López
Memoria
Parece que el mayor problema al
principio del texto es el de señalar la diferencia entre la memoria de la
máquina y la memoria humana. Estoy de acuerdo en que no son lo mismo, y que lo
que señalan es cierto. Pero pienso que es hasta cierto punto contradictorio
decir que nos puede servir la memoria de la máquina para comprendernos a
nosotros mismos cuando un párrafo o dos líneas arriba acababan de negar su
similitud, el peligro de analogías irreflexivas. La manera en la que dicen que
puede servir para ciertos aspectos es un poco forzada e incluso confusa.
Quizá
el mayor peligro que pienso puede haber en usar los mismos términos para ambas
cosas es que nos olvidemos de que nosotros tenemos nuestra propia memoria, y
que nos volvamos progresivamente inútiles y dejemos de usar nuestras
habilidades, frente a todas las facilidades que ofrecen las computadoras y
otras tecnologías; sin hablar de que depositar la información en las computadoras
y el desarrollo de programas de búsqueda booleana y de reconocimiento de
patrones hagan más sencilla también la manipulación, haciendo más eficaz un
sistema social humano que use la entropía como sus reglas dinámicas y de
explotación. Pero quizá eso no radique en las palabras, aunque es engañoso el
poder y el psicofuncionamiento a partir de ellas, sino que radique en la
conciencia y la capacidad humana de actuar conforme a ella, como en el hecho de
llorar por el cambio climático global y celebrar el hiperdesarrollo tecnológico
cuando son dos caras de lo mismo. Se me hace la lectura un poco larga y
redundante para algo que siente que es tan poca cosa… sin embargo no sé qué tan
poca cosa sea, quizá la desprecio por mi ignorancia nada más. Aparte, puede que
a una escala individual sea poca cosa pero pensándolo en una dimensión
colectiva masiva sea precisamente uno de los rasgos de la manipulación que
considero tan urgente ver… (sé que insisto un poco en la manipulación y el
consumismo, pero es que era la angustia intelectual de la generación anterior
de clase media (una de tantas), y la he heredado). Quizá sí sea una caja
contenedora, o se puede ver así. Al final esta idea es una metáfora. En la
realidad creo que la estructura en sí es el contenido, en el sentido que cada
nuevo pensamiento genera una nueva conexión, un puente neuronal, y que hay una
estructura más estable y otra dinámica que es en sí todo el funcionamiento y
sobre lo que funciona… pero sobre lo que funciona es a la vez lo que hace las sustancias
que se están moviendo y además también está funcionando. tengo la idea de que
es una estructura similar a la del “medio es el mensaje”. Donde la percepción
dicotómica es una visión parcial de algo que es lo mismo pero que se puede
sentir como dos cosas o tres, como pasado y futuro, o como forma y contenido.
Por eso cuando se rompen estas metáforas resulta tan sensacional y tan fashion
que todos hablemos de ellas.
Estoy
de acuerdo con que la memoria en forma de imaginación de espacios de alguna forma
sintetiza el recuerdo y lo hace inaccesible, pero eso tiene que ver con la
saturación de información de la que hablaba el texto en la introducción. La
metáfora y el símbolo también tienen eso en común, describen una situación con
una lógica tal que transmite el sentido y se puede usar como significado al
igual que las palabras, pero no aluden a la situación histórica de la que
salió. Por ejemplo Hamlet tiene raíces o por lo menos un paralelo en Electra y
ambos en una situación humana, pero la figura, sin hablar de ninguna de las
dos, puede ser usada para describir todos los fenómenos de nostalgia social o
vintage que surge como estrategia sistémica de estabilidad frente al vértigo de
lo nuevo. Igual que el Edipo sirve para hablar de política o la frase “poco
abarca el que mucho aprieta” es una metáfora altamente sabia de la conducta
humana. No le veo lo malo, en pocas palabras, la considero útil, práctica. Y
sí, en las computadoras hay poca incidencia de la imaginación porque la
computadora es toda imagen para el usuario, la imaginación no se usa casi,
porque hay poco que tenga que explicar uno para conseguir lo que quiere, aunque
esto sí suceda. No obstante el
texto es cierto, ha habido un cambio en el uso del concepto de memoria
artificial.
Es
fuerte lo que dicen sobre el modelo de contenedor-contenido, su origen
lockeano-cartesiano, sus repercusiones políticas en su extensión de somos lo
que recordamos que somos y somos lo que poseemos (también hay que ver que esto
es fomentado en el consumismo y en los códigos culturales, que no es porque
alguien lo quiso así, sino que ha sido todo el sistema que de forma
descentralizada ha llegado a eso). Y, aunque veo que ese pensamiento sí está
vivo en mi entorno, sé que no es cierto. Con respecto a lo que poseemos sé que
es parecido a yo soy lo que hago (o el mismo voy a hacer, con voy a a-ser), las
decisiones lo cambian radicalmente y no es nada fijo. Esa visión es fomentada
por el consumismo y las ideologías de clases, creo, orientando parte de nuestro
comportamiento cuando te sientes mal por eso o crees que tus desgracias se
deben a tu pobreza, (sólo es una hipótesis que me ha llegado a pasar), pero que
cambia, siempre que uno cambie. Y pues con lo del pensamiento y la identidad,
guiada muchas veces según los criterios de lo que se hace, lo que se piensa, lo
que se recuerda y lo que se posee; lo veo quizá sólo como una punta del iceberg
de lo que es la identidad. Me parece más atinado pensar en una extensión de la
definición de inteligencia como la interacción de un conjunto de organismo
descentralizados, pues creo que la identidad también se refiere a lo que
inconscientemente se gesta en nosotros a nivel fisiológico y momentáneamente
sensorial, además de lo emocional. Como las tristezas que duran años, o las
experiencias que intimidan por mucho tiempo.
hasta ahora, sólo veo que se
piense en la memoria como este proceso de recordar. Yo veo que la memoria
funciona para por lo menos otras dos funciones.
1.En el proceso de percepción del
exterior genera la continuidad en el tiempo o la ruptura como un concepto
sensorial, al estar contrastando todo el tiempo y de manera muy rápida la
información que nos presenta el exterior con la información que nos presentó un
instante antes, dando esta comparación resultados precisos sobre el exterior,
que regulan todo el sistema fisiológico, como haciéndonos sentir tranquilos o
angustiados. Creo que este proceso incluso es anterior al de conscientizar la
realidad.
2. En el aprendizaje o en
aquellos procesos de retroalimentación (creo que negativa) del sistema del
organismo, uno contrasta la información de eventos pasados con las situaciones
presentes para decidir. O generas una fantasía a través de la imaginación
basada en los referentes anteriores sobre una situación similar para actuar
prediciendo. Yo creo que la memoria, que alude al pasado, sirve para el futuro.
De repente me impresiona la
versión del tal Halbwachs sobre la memoria colectiva, más aún lo de la memoria
corporal que creí que no se tomaba en cuenta en el texto (conforme leo voy
comparando mis primeras impresiones). Luego, al llegar a lo de Proust y la
memoria humana en el exterior me pareció más bien una imagen metafórica buena,
pero que no es válida científicamente. Sea en colectividad la creación del yo o
las calles detonadoras del proceso mnémico éste sucede dentro del cuerpo e
incluso tiene su dimensión fisiológica. Creo que no es un buen argumento para
pensar en una diferencia con respecto a la “memoria” en la máquina, excepto si
habláramos quizá de campos magnéticos producto de la memoria que posiblemente
comuniquen en procesos telepáticos, aún inconscientes. Me parece más
contundente señalar la distinción en la rememoración o en el proceso emocional
que tenemos, que no hará una máquina, incluso si desarrollara un proceso de
consciencia, que es muy diferente a un proceso de pensamiento emocional
“azaroso”.
siento que en el caso de las
computadoras la repetición no es pulsación de muerte ni se presta a esa
analogía (aunque la verdad lo digo desde mi ignorancia de la teoría freudiana),
porque la repetición en la computadora corresponde más bien a un sistema de
composición del programa, de su estructura y su funcionamiento ordenado.
Justamente esa matriz desde la que se llega a cualquier archivo funciona porque
todas las entradas repiten una estructura. (repito, esto lo digo desde mi
pseudoinformación, tampoco he estudiado computación).
Efectivamente, hay una extensión
de la memoria en el Internet. pero si no mal entiendo cuando dice una
“interpasividad” de las formas alude a que nadie va a usar esa información, o
que no nos vamos a preocupar por aprenderla (¿?), la verdad no me queda tan
claro, ni tampoco cuando dice que el momento de archivarla instituye en sí la
forma de lo archivable. Identifico esto último más con la memoria que nos
presenta la tierra en sus capas geológicas, o un árbol en sus anillos. O el
hielo en las burbujas de aire atrapadas.
En general siento que el problema
no radica tanto en el uso de la misma palabra para designar dos cosas, que
viene siendo una situación donde el significante “memoria” es sólo una parte de
un significado que termina de sustentar el contexto. La analogía con la memoria
humana es alarmante no porque se pretenda que la IA supere al humano, que en
muchos aspectos una máquina sí hace mejor muchas funciones, sino que es
alarmante porque esa forma de manejar a lo humano y lo maquínico a través de
comparaciones muestra la poca apreciación que sobre el todo del ser humano
existe. La falta de atención que quizá se le ponga a las partes afectivas que
incluso si encontramos un sistema que opere mejor en los sectores industriales
o computacionales consideramos que ha superado en el todo al ser humano. Y
bueno, eso es, creo, sólo una culminación de una ideología histórica que viene
desde considerar superior a las ciencias “duras” que a las humanidades; del
hecho de que el tipo de pensamiento y desarrollo intelectual que ha propiciado
más la innovación a través de la tecnología ha sido la ciencia, y obviamente
hacia donde ha dirigido sus odas y su agradecimiento la sociedad ha sido hacia
la ciencia. La epistemología que se ha impuesta es la tecnocientífica y sus
implicaciones calculadoras y lógicas poco caóticas y sin la reciente valoración
del pensamiento paralelo y la exaltación de la creatividad ha tendido a ver en
el ser humano un tipo de animal que funciona en torno a su utilidad. Su valor,
no de forma absoluta pero sí fuertemente, a través de la historia, ha sido
definido por su poder de servir. Las estructuras sociales igualmente lo han
fomentado, y las implicaciones del ser humano en la sociedad industrial son las
de algo que funciona para desempeñar cierto papel en cierta empresa. Tu valor
altamente definido por tu productividad. Y, bueno, cuando tienes una máquina
que hace mejor las cosas que doscientas personas entonces es normal pensar que
son superiores, y que nos superaran. La cosa no es si se puede hacer una
máquina con el funcionamiento para tener emociones. Una máquina humana. Sino
que el planteamiento de esa analogía parece mostrar lo poco que consideramos a
lo humano como importante. Esto no quiere decir que la tecnología no se halla
usado para desarrollar la creatividad y las habilidades artísticas, así como
las emociones. De hecho, Lipovetsky en su introducción del libro “la era del
vacío” habla sobre el proceso de personalización que tira los grandes sistemas
de sentido y el culto a la participación y la expresión. No todo en ese autor
es cierto, pero el desarrollo de la expresividad como un valor es un hecho.
Aunque más que un valor que tire el sistema que desprecie al ser humano frente
a la máquina, lo fomenta, pues esta valorización está en función de su
explotabilidad comercial.
El
tema no sé qué tanto me corresponda a mí estudiarlo. Sucede en mi alrededor
pero quizá no me sea tan agresivo. Aunque puede que descubran procesos para
generar resultados creativos basados en algoritmos o funciones que usen modelos
del caos o fractales y un día me digan que no necesitan más creativos. O no
pueda entrar al mercado del arte que me gusta porque todos los artistas tienen
maquinitas que piensan por ellos, o el arte ha dado cabida a las obras hechas
por sistemas operativos cibernéticos. En cualquier caso se impondrá la ley de
la vida. La sobrevivencia. Cuando el soporte de las máquinas sea la biología,
que está en progreso, cuando la programación no se realice a través del código
en un computador sino a través de proteínas en una cadena de ADN, a través de
enzimas quizá. El tema hace sentir vértigo…
Pero no está en mis manos. Yo ni siquiera sé programar. En mis manos está mi
sobrevivencia y la responsabilidad de no sufrir.
El Código.
Código como serie de
instrucciones de ejecución me parece incompleto, más bien sí pero en lo
específico a un tipo de código. Yo me atrevo a plantear el código como un
conjunto de instrucciones de significación. Ahora, es reveladora la noción de
que entender el código es entender las motivaciones de creación de ese código.
Pensando en la selección narrativa, que ideología inspiró esa selección. Los criterios
son en sí e código, y la selección operando como conjunto, ¿puede volver a ser
criterio de selección?
Es
curioso, pero el pensamiento de que en el código se puede trascender a la vida
humana hace pensar que lo que al final buscamos los humanos en este intento
quizá impuesto de dar sentido a nuestra vida a través de prácticas que nos
hagan ir más allá de ser meros seres biológicos puede ser querer hacer un
código. Un código propio, que funcione para nosotros mismos, rigiendo y dando
sentido a nuestros actos. Curiosamente, también, es el principio que rige parte
de la actividad artística profesional. O parte del entendimiento de la misma.
Entender el código que plantea la misma pieza. El código que plantea el
artista. El fenómeno que plantea entender la pieza de esa manera. El código que
configura el código de entender la obra y al arte con el artista como un
código. Jajaja
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