miércoles, 25 de septiembre de 2013


Ensayo sobre el texto La memoria y el Código
por José María Carro López


Memoria

Parece que el mayor problema al principio del texto es el de señalar la diferencia entre la memoria de la máquina y la memoria humana. Estoy de acuerdo en que no son lo mismo, y que lo que señalan es cierto. Pero pienso que es hasta cierto punto contradictorio decir que nos puede servir la memoria de la máquina para comprendernos a nosotros mismos cuando un párrafo o dos líneas arriba acababan de negar su similitud, el peligro de analogías irreflexivas. La manera en la que dicen que puede servir para ciertos aspectos es un poco forzada e incluso confusa.
            Quizá el mayor peligro que pienso puede haber en usar los mismos términos para ambas cosas es que nos olvidemos de que nosotros tenemos nuestra propia memoria, y que nos volvamos progresivamente inútiles y dejemos de usar nuestras habilidades, frente a todas las facilidades que ofrecen las computadoras y otras tecnologías; sin hablar de que depositar la información en las computadoras y el desarrollo de programas de búsqueda booleana y de reconocimiento de patrones hagan más sencilla también la manipulación, haciendo más eficaz un sistema social humano que use la entropía como sus reglas dinámicas y de explotación. Pero quizá eso no radique en las palabras, aunque es engañoso el poder y el psicofuncionamiento a partir de ellas, sino que radique en la conciencia y la capacidad humana de actuar conforme a ella, como en el hecho de llorar por el cambio climático global y celebrar el hiperdesarrollo tecnológico cuando son dos caras de lo mismo. Se me hace la lectura un poco larga y redundante para algo que siente que es tan poca cosa… sin embargo no sé qué tan poca cosa sea, quizá la desprecio por mi ignorancia nada más. Aparte, puede que a una escala individual sea poca cosa pero pensándolo en una dimensión colectiva masiva sea precisamente uno de los rasgos de la manipulación que considero tan urgente ver… (sé que insisto un poco en la manipulación y el consumismo, pero es que era la angustia intelectual de la generación anterior de clase media (una de tantas), y la he heredado). Quizá sí sea una caja contenedora, o se puede ver así. Al final esta idea es una metáfora. En la realidad creo que la estructura en sí es el contenido, en el sentido que cada nuevo pensamiento genera una nueva conexión, un puente neuronal, y que hay una estructura más estable y otra dinámica que es en sí todo el funcionamiento y sobre lo que funciona… pero sobre lo que funciona es a la vez lo que hace las sustancias que se están moviendo y además también está funcionando. tengo la idea de que es una estructura similar a la del “medio es el mensaje”. Donde la percepción dicotómica es una visión parcial de algo que es lo mismo pero que se puede sentir como dos cosas o tres, como pasado y futuro, o como forma y contenido. Por eso cuando se rompen estas metáforas resulta tan sensacional y tan fashion que todos hablemos de ellas.
            Estoy de acuerdo con que la memoria en forma de imaginación de espacios de alguna forma sintetiza el recuerdo y lo hace inaccesible, pero eso tiene que ver con la saturación de información de la que hablaba el texto en la introducción. La metáfora y el símbolo también tienen eso en común, describen una situación con una lógica tal que transmite el sentido y se puede usar como significado al igual que las palabras, pero no aluden a la situación histórica de la que salió. Por ejemplo Hamlet tiene raíces o por lo menos un paralelo en Electra y ambos en una situación humana, pero la figura, sin hablar de ninguna de las dos, puede ser usada para describir todos los fenómenos de nostalgia social o vintage que surge como estrategia sistémica de estabilidad frente al vértigo de lo nuevo. Igual que el Edipo sirve para hablar de política o la frase “poco abarca el que mucho aprieta” es una metáfora altamente sabia de la conducta humana. No le veo lo malo, en pocas palabras, la considero útil, práctica. Y sí, en las computadoras hay poca incidencia de la imaginación porque la computadora es toda imagen para el usuario, la imaginación no se usa casi, porque hay poco que tenga que explicar uno para conseguir lo que quiere, aunque esto sí suceda. No obstante el texto es cierto, ha habido un cambio en el uso del concepto de memoria artificial.
            Es fuerte lo que dicen sobre el modelo de contenedor-contenido, su origen lockeano-cartesiano, sus repercusiones políticas en su extensión de somos lo que recordamos que somos y somos lo que poseemos (también hay que ver que esto es fomentado en el consumismo y en los códigos culturales, que no es porque alguien lo quiso así, sino que ha sido todo el sistema que de forma descentralizada ha llegado a eso). Y, aunque veo que ese pensamiento sí está vivo en mi entorno, sé que no es cierto. Con respecto a lo que poseemos sé que es parecido a yo soy lo que hago (o el mismo voy a hacer, con voy a a-ser), las decisiones lo cambian radicalmente y no es nada fijo. Esa visión es fomentada por el consumismo y las ideologías de clases, creo, orientando parte de nuestro comportamiento cuando te sientes mal por eso o crees que tus desgracias se deben a tu pobreza, (sólo es una hipótesis que me ha llegado a pasar), pero que cambia, siempre que uno cambie. Y pues con lo del pensamiento y la identidad, guiada muchas veces según los criterios de lo que se hace, lo que se piensa, lo que se recuerda y lo que se posee; lo veo quizá sólo como una punta del iceberg de lo que es la identidad. Me parece más atinado pensar en una extensión de la definición de inteligencia como la interacción de un conjunto de organismo descentralizados, pues creo que la identidad también se refiere a lo que inconscientemente se gesta en nosotros a nivel fisiológico y momentáneamente sensorial, además de lo emocional. Como las tristezas que duran años, o las experiencias que intimidan por mucho tiempo.

hasta ahora, sólo veo que se piense en la memoria como este proceso de recordar. Yo veo que la memoria funciona para por lo menos otras dos funciones.
1.En el proceso de percepción del exterior genera la continuidad en el tiempo o la ruptura como un concepto sensorial, al estar contrastando todo el tiempo y de manera muy rápida la información que nos presenta el exterior con la información que nos presentó un instante antes, dando esta comparación resultados precisos sobre el exterior, que regulan todo el sistema fisiológico, como haciéndonos sentir tranquilos o angustiados. Creo que este proceso incluso es anterior al de conscientizar la realidad.
2. En el aprendizaje o en aquellos procesos de retroalimentación (creo que negativa) del sistema del organismo, uno contrasta la información de eventos pasados con las situaciones presentes para decidir. O generas una fantasía a través de la imaginación basada en los referentes anteriores sobre una situación similar para actuar prediciendo. Yo creo que la memoria, que alude al pasado, sirve para el futuro.

De repente me impresiona la versión del tal Halbwachs sobre la memoria colectiva, más aún lo de la memoria corporal que creí que no se tomaba en cuenta en el texto (conforme leo voy comparando mis primeras impresiones). Luego, al llegar a lo de Proust y la memoria humana en el exterior me pareció más bien una imagen metafórica buena, pero que no es válida científicamente. Sea en colectividad la creación del yo o las calles detonadoras del proceso mnémico éste sucede dentro del cuerpo e incluso tiene su dimensión fisiológica. Creo que no es un buen argumento para pensar en una diferencia con respecto a la “memoria” en la máquina, excepto si habláramos quizá de campos magnéticos producto de la memoria que posiblemente comuniquen en procesos telepáticos, aún inconscientes. Me parece más contundente señalar la distinción en la rememoración o en el proceso emocional que tenemos, que no hará una máquina, incluso si desarrollara un proceso de consciencia, que es muy diferente a un proceso de pensamiento emocional “azaroso”.


siento que en el caso de las computadoras la repetición no es pulsación de muerte ni se presta a esa analogía (aunque la verdad lo digo desde mi ignorancia de la teoría freudiana), porque la repetición en la computadora corresponde más bien a un sistema de composición del programa, de su estructura y su funcionamiento ordenado. Justamente esa matriz desde la que se llega a cualquier archivo funciona porque todas las entradas repiten una estructura. (repito, esto lo digo desde mi pseudoinformación, tampoco he estudiado computación).

Efectivamente, hay una extensión de la memoria en el Internet. pero si no mal entiendo cuando dice una “interpasividad” de las formas alude a que nadie va a usar esa información, o que no nos vamos a preocupar por aprenderla (¿?), la verdad no me queda tan claro, ni tampoco cuando dice que el momento de archivarla instituye en sí la forma de lo archivable. Identifico esto último más con la memoria que nos presenta la tierra en sus capas geológicas, o un árbol en sus anillos. O el hielo en las burbujas de aire atrapadas.

En general siento que el problema no radica tanto en el uso de la misma palabra para designar dos cosas, que viene siendo una situación donde el significante “memoria” es sólo una parte de un significado que termina de sustentar el contexto. La analogía con la memoria humana es alarmante no porque se pretenda que la IA supere al humano, que en muchos aspectos una máquina sí hace mejor muchas funciones, sino que es alarmante porque esa forma de manejar a lo humano y lo maquínico a través de comparaciones muestra la poca apreciación que sobre el todo del ser humano existe. La falta de atención que quizá se le ponga a las partes afectivas que incluso si encontramos un sistema que opere mejor en los sectores industriales o computacionales consideramos que ha superado en el todo al ser humano. Y bueno, eso es, creo, sólo una culminación de una ideología histórica que viene desde considerar superior a las ciencias “duras” que a las humanidades; del hecho de que el tipo de pensamiento y desarrollo intelectual que ha propiciado más la innovación a través de la tecnología ha sido la ciencia, y obviamente hacia donde ha dirigido sus odas y su agradecimiento la sociedad ha sido hacia la ciencia. La epistemología que se ha impuesta es la tecnocientífica y sus implicaciones calculadoras y lógicas poco caóticas y sin la reciente valoración del pensamiento paralelo y la exaltación de la creatividad ha tendido a ver en el ser humano un tipo de animal que funciona en torno a su utilidad. Su valor, no de forma absoluta pero sí fuertemente, a través de la historia, ha sido definido por su poder de servir. Las estructuras sociales igualmente lo han fomentado, y las implicaciones del ser humano en la sociedad industrial son las de algo que funciona para desempeñar cierto papel en cierta empresa. Tu valor altamente definido por tu productividad. Y, bueno, cuando tienes una máquina que hace mejor las cosas que doscientas personas entonces es normal pensar que son superiores, y que nos superaran. La cosa no es si se puede hacer una máquina con el funcionamiento para tener emociones. Una máquina humana. Sino que el planteamiento de esa analogía parece mostrar lo poco que consideramos a lo humano como importante. Esto no quiere decir que la tecnología no se halla usado para desarrollar la creatividad y las habilidades artísticas, así como las emociones. De hecho, Lipovetsky en su introducción del libro “la era del vacío” habla sobre el proceso de personalización que tira los grandes sistemas de sentido y el culto a la participación y la expresión. No todo en ese autor es cierto, pero el desarrollo de la expresividad como un valor es un hecho. Aunque más que un valor que tire el sistema que desprecie al ser humano frente a la máquina, lo fomenta, pues esta valorización está en función de su explotabilidad comercial.
            El tema no sé qué tanto me corresponda a mí estudiarlo. Sucede en mi alrededor pero quizá no me sea tan agresivo. Aunque puede que descubran procesos para generar resultados creativos basados en algoritmos o funciones que usen modelos del caos o fractales y un día me digan que no necesitan más creativos. O no pueda entrar al mercado del arte que me gusta porque todos los artistas tienen maquinitas que piensan por ellos, o el arte ha dado cabida a las obras hechas por sistemas operativos cibernéticos. En cualquier caso se impondrá la ley de la vida. La sobrevivencia. Cuando el soporte de las máquinas sea la biología, que está en progreso, cuando la programación no se realice a través del código en un computador sino a través de proteínas en una cadena de ADN, a través de enzimas quizá.   El tema hace sentir vértigo… Pero no está en mis manos. Yo ni siquiera sé programar. En mis manos está mi sobrevivencia y la responsabilidad de no sufrir.
           

El Código.

Código como serie de instrucciones de ejecución me parece incompleto, más bien sí pero en lo específico a un tipo de código. Yo me atrevo a plantear el código como un conjunto de instrucciones de significación. Ahora, es reveladora la noción de que entender el código es entender las motivaciones de creación de ese código. Pensando en la selección narrativa, que ideología inspiró esa selección. Los criterios son en sí e código, y la selección operando como conjunto, ¿puede volver a ser criterio de selección?
            Es curioso, pero el pensamiento de que en el código se puede trascender a la vida humana hace pensar que lo que al final buscamos los humanos en este intento quizá impuesto de dar sentido a nuestra vida a través de prácticas que nos hagan ir más allá de ser meros seres biológicos puede ser querer hacer un código. Un código propio, que funcione para nosotros mismos, rigiendo y dando sentido a nuestros actos. Curiosamente, también, es el principio que rige parte de la actividad artística profesional. O parte del entendimiento de la misma. Entender el código que plantea la misma pieza. El código que plantea el artista. El fenómeno que plantea entender la pieza de esa manera. El código que configura el código de entender la obra y al arte con el artista como un código. Jajaja

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